En los últimos años, se le ha hablado mucho del «espíritu emprendedor» (en inglés entrepeneurship) y en la manera de desarrollarlo o promoverlo en las personas. Los estudios demuestran que los emprendedores están en capacidad de generar cambios, proponer nuevas formas de actuación en diferentes niveles y llevar a término diversidad de proyectos de diversa índole. A partir de estas investigaciones, se ha prestado una mayor atención a los procesos de emprendimiento y las instituciones educativas han empezado a implementar cambios y adaptaciones en sus modelos para que las personas que tiene acceso a ellas, sean como estudiantes o personal administrativo, desarrollen la gama de habilidades que se han identificado como parte del proceso.
Formar emprendedores involucra diseñar programas encaminados a que las personas tengan acceso al desarrollo de una serie de habilidades y competencias que al ser combinadas les permiten asumir diferentes situaciones o proyectos, llevándolos casi siempre a termino, esto es lo que se conoce como Espíritu emprendedor. También implica el desarrollo de procesos de éxito, entendido este como el cumplimiento de metas y objetivos de vida que una persona se ha propuesto.
Pero, ¿Qué es el espíritu emprendedor?, la primera definición que se conoce, data del siglo XVIII y define al espíritu emprendedor como el proceso de asumir el riesgo de comprar a precios ciertos y vender a precios inciertos. El espíritu emprendedor iba ligado al manejo de negocios y básicamente a las transacciones comerciales. Más tarde, con los cambios de la industria, la definición comenzó a incluir el concepto de reunir y combinar los factores de producción y era aplicada a procesos productivos y industrialización de la empresa. A principios de este siglo, se sumo a la definición el concepto de innovación, que podía aludir a cambio o modificaciones sobre los procesos operativos, administrativos, de mercado, de productos, de factores e incluso de organización.
Definiciones posteriores describieron al espíritu emprendedor dentro del contexto de la creación de nuevas empresas en donde el emprendedor era su fundador y quien lideraba todo el concepto comercial. Esto hizo que la definición migrara de una serie de elementos de empresa y de mercado, a atribuirse a características de personalidad o a habilidades que los individuos podían desarrollar en pro de una serie de actividades o proyectos.
A través de la implementación a nivel mundial de los procesos de certificación de calidad, y de manejo y desarrollo de las competencias, las investigaciones han realizado considerables esfuerzos a fin de entender las características psicológicas y sociológicas del espíritu emprendedor, así han estudiado a diversas personas y han identificado. Cualidades comunes en aquellos que han sido definidos como emprendedores, dentro de estas se destacan: necesidad de logros, liderazgo, orientación a través de la intuición más que por el sentido común y propensión a tomar riesgos. Asimismo, algunos agregan varias características que se repiten en muchos emprendedores, pero que no son universales, tales como ser miembros de grupos minoritarios y haber enfrentado situaciones difíciles en etapas de desarrollo, experimentado experiencias económicas fuertes o de carencia en la adolescencia temprana.
A partir de aquí, podríamos comenzar a definir al espíritu emprendedor, el cual esta relacionado con una serie de factores que pueden desarrollarse en las personas en edades escolares y etapas formativas, como son la innovación, creatividad, toma controlada de riesgos, capacidad de visión global, liderazgo o simplemente evaluación de oportunidades.
Actualmente las instituciones educativas se preocupan mucho por resaltar los resultados personales y desarrollar características emprendedoras, que permiten proyectar a los individuos hacia el manejo propositivo de sus actividades económicas y profesionales. Se busca a través de la educación y los entrenamientos en diferentes áreas profesionales, que los individuos se esfuercen por generar cambios significativos en los diferentes medios donde se desarrollan, aplicando niveles de compromiso, imaginación, entusiasmo y energía.
El entusiasmo, la persistencia y la voluntad de las personas para comprometerse con un proyecto personal o social o una actividad específica aumenta cuando realizan resultados personales de un propósito específico, esto a su vez refuerza su inversión y lleva a mayor aprendizaje. Si no se activa este proceso de refuerzo, se pierde una fuerza significativa que crea impulso y refuerza a las demás.
El crecimiento y formación mediante la identificación y motivación hacia la obtención cada vez de mejores resultados personales, puede generar en la persona algunas dificultades en cuanto a la interacción con otros puesto que al desarrollar sus propias ideas y pasiones puede ir en contravía con las de otras personas que se encuentran en su propia búsqueda y aquí se deben generar espacios que faciliten el manejo de diferencias.
El aumento de los procesos de entrenamiento direccionados a la dedicación de las personas a una actividad específica genera capacidad para fijar límites y tomar decisiones importantes. Reconocer la importancia de los resultados personales no quiere decir que uno tenga que obsesionarse con uno mismo. ”
El emprendedor es una persona que percibe las oportunidades sociales y tiene la motivación, el impulso y la habilidad de movilizar una serie de recursos a fin de ir al encuentro de dicha oportunidad y materializarla en un proyecto viable y que generalmente cuenta con resultados muy específicos tanto en términos económicos como de relación con otros.
Las principales características de los emprendedores son las siguientes:
Autoconfianza y posesión de múltiples habilidades
- Confianza en el enfrentamiento de dificultades y situaciones desalentadoras.
- Habilidades innovadoras. El emprendedor no es un inventor en el sentido tradicional, sino una persona que es capaz de encontrar nuevas formas de actuación.
- Orientado a resultados. Para ser exitoso se requiere el impulso que proviene de establecer metas y objetivos y obteniendo placer por alcanzarlos.
- Tomador de riesgos. Triunfar significa tomar riesgos medidos.
- Total compromiso. Trabajo duro y energía son elementos esenciales en el perfil emprendedor.
Sin embargo, se deben hacer dos advertencias respecto a esta lista parcial de cualidades del emprendedor:
Contar con estas características no garantiza el éxito de los proyectos.
- Las características que se requieren para emprender un proyecto de cualquier tipo, generalmente no coinciden con las requeridas para manejar las dificultades o elementos propios del proceso.
SuKi
Gran artículo, me gusta leerte :) sigue así.
Un saludo
karem
gracias me sirvio de mucho para mi trabajo ya que voy empezando mi licenciatura gracias!!!!
Sylvia
Muy Buen articulo! :D
Aldo E. Gtz Reyna
El texto me parece muy completo, me gusta la opinion del escritor acerca de los diferentes cambios que se han ido agregando a lo largo del tiempo al concepto de «espíritu emprendedor»
anachistina
la verdad es muy importante ser emprendedor ya que a mi me servira los propongo o todos que puedan leer esto
clanda
es muy comovedor y importante para hoy y el futuro