El ‘bullying’ es un fenómeno relativamente nuevo que se vive en las aulas de muchos centros de enseñanza, una situación de acoso escolar que puede durar de meses a cursos enteros. Muchos adultos recuerdan sus años en el instituto o el colegio y quitan hierro al asunto, recordando las collejas o los motes entre compañeros; pero el acoso escolar va más allá de bromas con poca gracia: existe la intención de hacer daño a la víctima.
Un estudio realizado en 2004 entre los escolares de Educación Secundaria revelaba que entre un 30 y un 40% de los alumnos se había sentido alguna vez acosado por sus compañeros, siendo testigo de estos actos más del 75% de la población estudiantil. Muchas veces estos niños y adolescentes quedan marcados por estos episodios, teniendo desde problemas para relacionarse después con otros compañeros hasta estrés post-traumático.
En muchos casos los centros educativos tienen dificultades para detectar que uno de sus alumnos es víctima de ‘bullying’; pero existen unas claves para saber leer entre el silencio de quienes son acosados. Por una parte, los padres deben estar atentos a los cambios de comportamiento de sus hijos (no querer ir al colegio, vómitos por la mañana o dolores de cabeza) y, incluso, a marcas en su cuerpo. Por la otra, los docentes deben abandonar un rol pasivo e implicarse en la vigilancia de los recreos y los cambios de clase para ver estas amenazas.
Además, la irrupción de las nuevas tecnologías ha propiciado que el acoso escolar sea todavía más invisible a ojos de los padres y docentes. El ciberacoso perpetrado por compañeros consiste en amenazas o maltrato psicológico a través de las redes sociales y sistemas de mensajería, siendo la vía de acoso escogida por uno de cada tres estudiantes. Por ello, es fundamental que los padres supervisen los contenidos a los que acceden y publican los escolares, porque el 27% de los alumnos admite haber sufrido ciberacoso durante su escolarización.
¿Y cómo actuar en estos casos? Tras detectar un caso de acoso escolar, existen varias vías para solucionar esta situación. Hacer dialogar a acosado y acosador, consensuar actuaciones con las familias de los estudiantes implicados y también se intensifica el trabajo con la clase donde se ha producido el conflicto son dos fórmulas para los casos más leves; pero también con medidas cautelares, como expedientes disciplinarios, con apoyo terapéutico o socioeducativo. Pero, como siempre, educar en la prevención y concienciar a los alumnos que ésta no es una situación normal es lo más importante.
Si quieres conocer más sobre el acoso escolar, te recomendamos esta interesante entrevista televisiva a la psicóloga y pedagoga Rosa Serrate sobre el acoso escolar para que conozcas un poco más esta problemática que se da, principalmente, en los centros de secundaria, y los aspectos psicológicos que llevan a ella.
Rommy Ayuso
Hola:
Me gustaría obtener más información sobre la agresión entre adolescentes o temas similares a este, ya que me encuentro haciendo la tesis de la Maestría en Ciencias de la Educación y quiero recabar toda la información útil. Gracias
sttefii
chido quiero mas informacion ba envienmela
sttefii
avalcae
avalcae ess la asociacion contra el acso escolar—contacto maricanet@hotmail.es—–en nuestro blog iras viendo infomacion——-el silencio en estos casos es el aliado del mal
maria
Hola he creado este blog sobre la descriminacion y el acoso escolar visitenlo por favor !!
http://descriminacionsocial.blogspot.com/