No es una novedad que la impresión que se genera en la entrevista de trabajo es determinante a la hora de obtener o no el puesto. No sólo es importante contar con un buen currículo y unas excelentes referencias, sino que, además, habrá que reunir otras condiciones. El caso femenino es más puntual porque deben tomarse mayores precauciones y tener mayor detenimiento al momento de optar por el vestuario adecuado, el maquillaje correcto y los accesorios que correspondan. Claro que la apariencia no es todo. En el género femenino, a la hora de buscar empleo, se les determina un nuevo límite que tiene que ver con su actitud, y carácter.

La ectitud y aspecto femenino es fundamental
Más específicamente se trata de un estudio realizado en la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, en el cual se reveló que las mujeres que muestran rasgos masculinos en las entrevistas de trabajo pueden salir muy perjudicadas porque pensarán de ellas que no se desenvuelven bien en el aspecto social. Básicamente, si se manejan como los hombres, las consideran con pocas destrezas sociales. Que es uno de los beneficios de contratar una mujer, ya que, en general se trata de una figura más humanizada.
Hay que saber que sociabilizar es un rasgo muy femenino, que las mujeres que se muestran más masculinas pueden no tenerlo o poseerlo en menor medida. Entonces, la mujer para conseguir un trabajo en una empresa tiene que cuidarse de no ser demasiada femenina, pero tampoco demasiado masculina. Ya que los dos extremos indican una señal negativa a la persona que está realizando la entrevista en el proceso de selección.
Lo que recomienda el estudio es que las mujeres se muestren auténticas y no demasiado ambiciosas y competitivas porque son dos rasgos clásicos de los hombres. Esto no quiere decir que se muestre una personalidad falsa, sino que hay cosas que no deben saberse desde el inicio de esta relación, por lo que es mejor que se descubran con el tiempo, en caso de existir.

La pelea por la igualdad entre los géneros
La revista Psychology of Women Quarterly fue la encargada de publicar el resultado de esta investigación, que propone que las mujeres no muestren rasgos masculinos cuando van a pedir un trabajo.
En cambio, el panorama es muy distinto en la vereda opuesta, ya que no sucede lo mismo con los hombres. Según el estudio, aquellos que se muestren más masculinos tienen más posibilidades de ser contratados.